EL TXUPINAZO: LA ÚLTIMA FIESTA DEL VERANO & "NUEVA YORK A OJOS DE ELLAS" (07/26)
Tierra Extraña llega desde el Norte de España al Sur de Nueva York con "El Txupinazo" estrenando "A ojos de ellas,” la primera exposición de fotógrafas españolas en NYC.
RSVP DISPONIBLE A TRAVÉS DE: txupinazo.eventbrite.com
A través de un diálogo intergeneracional nos introducimos en el Nueva York de fotógrafas españolas de todos los barrios (de aquí y casa,) edades y palos.
Silvia Grav (Málaga & Bushwick/LA)
The smell of cheap bleach, and pee and trash is starting to feel like home. The exact same dogs scream at Aita on our walk, a husky and mud, and the school where she used to play ball is now a massive pile of dirt. Foster Sundry has now color block tables outside, but Gonzalo isn’t here ordering us lattes. I am walking, walking everywhere, to process not being in Los Angeles and to take in the lack of trees, the excess of people. Crossing paths with Hinge matches, looking over my shoulder to check if they do, too. Home has been built on choices, on familiar faces, on conquering a language word by word, talk by talk, stranger by stranger. I forgot how all my muscles tensed up the day I met you, the exact moment I decided through your face to move to this city; but I remember the dog peeing on the corner, the woman with the not long enough skirt, fearing becoming as old as them, alone in Los Angeles. In a year, with the distance and the sun blinding me again, I will watch both the city and yourself become the same thing: that exact feeling that I can't describe but that is hiding every place you haven't seen before.
Monica Lek (Barcelona & Brooklyn)
New York I'm starting to feel a whole lot better.
My head hurts, but my heart knows the truth
I've become irresistible to the people to whom I want to be irresistible
There is nothing darker than the sunlight when your eyes are closed
I know that love is the only thought and pain is the only feeling
I know now that everything will work out for us
And I ate the Berry in South 4th and Apple
and lost myself to paradise
But the thing they don't tell you is that it's your body that leaves your soul
Not the other way around
You can literally feel your heart stop beating
where I saw you in the black dress again
With your hair up, looking at mе
Telling me that you think we shouldn't pay for the meal we just had because it really wasn't very good. It's time.
My head hurts, but I know what I have to do. Light will capture.
People need to stop being cool and start being hot
Nuria Rius (Barcelona & Williamsburg)
Me mudé a Nueva York sin nunca antes haberlo planeado. Pero al venir por un par de meses, me hizo reconectar con mi fotografía. Por aquel entonces, estaba viviendo en Londres, y sentía que estaba estancada. Echaba de menos la sensación y la razón por la que me había enamorado de la fotografía y el documentar mi día a día. Aunque en Londres ya lo había hecho, por alguna razón lo había perdido. NY me inspira cada día. Amo la locura del tren, la velocidad de la gente, el ruido de las calles. Me hace sentir muy viva.
Helena Goñi (Bilbao & Bushwick)
Creo que es complicado pensar en el efecto que puede tener la ciudad en mó, por el relativo poco tiempo que llevo allí y que estas cosas con un poco de distancia se pueden ver mejor. Si que pasé una etapa en la que no me interesaba trabajar localizando tanto el trabajo en el paisaje urbano de Nueva York y, por ello, casi todas las imágenes que he creado en la ciudad en los últimos dos años han sido en espacios semi privados; en casas, bares o conciertos.
Nica Fazio (Barcelona & Upper West Side)
Desde muy pequeña, soñaba con mudarme algún día a Nueva York. Fantaseaba con trabajar en uno de esos restaurantes en los que los camareros cantan o formar un grupo de jazz. Antes, nunca pensé que terminaría dedicándome a la fotografía, pero poco a poco fue sucediendo. En Barcelona, comencé a experimentar con ella y al venir aquí (hace poco más de un año) experimenté una explosión de posibilidades e imputs creativos. Esta ciudad es como un museo, un parque de atracciones o uno de esos cuadros barrocos llenos de pequeños detalles. Todo está repleto de miles de pequeñas historias y personajes.
Nuria Mendoza (Huelva & Morningside Heights)
Cuando llegué a Nueva York en 2011, salía a caminar y hacer fotos casi a diario. Al principio tenía mirada de turista, de alguien de paso. Ahora la ciudad me sigue fascinando, pero lo que me sorprende, lo que quiero retratar, ha cambiado. Han ido cambiando también mis cámaras, he hecho algunos cursos, he participado en exposiciones y paseos fotográficos. Me interesa, sobre todo, la street photography: el bullicio hermoso y mugriento de las calles, en las que siempre está ocurriendo algo. La cámara me hace conectar con lo que me rodea de una manera más profunda. Me permite escuchar historias curiosas, divertidas, conmovedoras, y ponerles rostro. Fotografiar me ancla y me hace prestar atención, y recordar mejor lo que hay detrás de cada imagen: eso que no se ve, pero está, y da sentido a todo.
Maku Lopez (Galicia & Brooklyn)
Nueva York apareció en mi vida de casualidad tras decidir venir un verano de vacaciones sola. En esos dos meses la ciudad me dejó ver como quien mira por una mirilla el increíble y mágico potencial que tiene y también lo duro y devastador que puede ser si no andas con ojo. Con todo ese margen de posibilidades decidí mudarme. La fuerza visual de esta ciudad era como un imán al que no pude resistirme, cada rincón, la luz, la diáspora de personas y la energía que emanan, salir a la calle con la cámara era y sigue siendo una experiencia única. Seis años después esta ciudad ha cambiado mi vida por completo, me ha hecho crecer y descubrirme a mí misma de una manera radical y evolucionar hacia la persona que quiero ser, todo en un periodo de tiempo que no creo que hubiera sido posible en otra parte del mundo. Nueva York es un portal hacia el autodescubrimiento en mi experiencia, te da y te quita, es duro como el asfalto, pero ahí reside su magia.
Isabel Padilla Soto (Badajoz & East Williamsburg)
En agosto, cumpliré cinco años en Nueva York con sentimientos encontrados. Crecí entre Madrid y Badajoz y tuve la suerte de viajar y observar desde pequeñita. Visité Nueva York por primera vez con 12 años y se convirtió instantáneamente en mi sitio favorito. Era la primera vez que cruzaba el charco. Todo me parecía gigante a comparación de la ciudad de 150 mil habitantes en la que vivía entonces. A lo largo de los años ni me planteé que quizás vivir aquí podría hacerse realidad. Seguí con mi vida en Madrid, aprendiendo a hacer fotos por mi cuenta desde adolescente, conociendo el mundo con otros ojos, a través de mi cámara. Justo antes de mudarme a Nueva York, estuve haciendo un intercambio en Seúl, la etapa de mi vida donde más fotos hice. Cuando me mudé a NYC, se me hizo mucho más gris y no tan grande como la recordaba, pero a través del tiempo aquí, y gracias a lo sutil de la fotogenia nocturna de Nueva York, encontré mi estilo una vez más. Me enamoré de las siluetas que rondan en cada esquina y de las calles que en teoría nunca duermen pero en las cuales estoy yo sola. Aprendí a observar una ciudad llena de personas que no necesariamente te ven en todo momento.
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